Durante una entrevista, solo se necesitan unos pocos minutos para que los reclutadores tengan una opinión sobre ti. Por eso es fundamental reflejar la mejor imagen de uno mismo, y saber cómo demostrar con éxito todo tu potencial. Aquí, el método STAR será tu As bajo la manga.
Sabemos lo que se siente sentarse frente al reclutador y creer “estar listo” para responder a todas sus preguntas. Sin embargo, algunas de ellas pueden ser muy inesperadas y esto es lo más aterrador: “Cuéntame sobre un desafío que enfrentaste en el trabajo y cómo lo resolviste”.
Como muchos candidatos en ese momento, tu mente puede quedarse en blanco o, peor aún, se llena de un mar de palabras sin sentido. Para no ser presa del pánico, lo mejor es usar una estrategia efectiva para responder favorablemente a esas preguntas que no veíamos venir.
Así que, si aún no tienes ni idea de lo que es el método STAR (Situación, Tarea, Acción, Resultado), has llegado al lugar correcto.
A continuación, descubrirás cómo usar el método STAR a tu favor, transformando respuestas vagas o confusas en historias impactantes que capturen la atención del reclutador y te acerquen más al empleo que deseas.
Cuando un reclutador te pide que le hables sobre una experiencia laboral pasada, no está buscando que menciones una lista de tus tareas o competencias, sino una historia concisa y coherente que demuestre quién eres como profesional.
Aquí es donde el método STAR ( también conocido como metodología STAR ) se convierte en un poderoso aliado.
STAR es un formato simple pero efectivo para estructurar respuestas en entrevistas de trabajo, asegurando que comuniques tus logros de manera clara e impactante. Su llamativo acrónimo proviene de las cuatro partes que la componen. Veamos:
Bastante sencillo, ¿verdad? Sigamos.
En una entrevista laboral, cada pregunta de tu reclutador es una oportunidad para demostrar que eres el profesional indicado para ocupar el puesto. Es por ello que STAR surge como tu mapa de ruta para construir respuestas que se ajusten a las habilidades requeridas para la vacante.
Además, te permite dar respuestas menos superficiales, robóticas o demasiado generales. Por otro lado, es una estrategia especialmente útil cuando las preguntas están basadas en compartir experiencias anteriores de tus habilidades en acción.
Así pues, al aplicar esa técnica, no solo podrás narrar lo que hiciste, sino también proporcionar evidencias de tu capacidad para resolver problemas, tomar decisiones y destacar tus aportes al equipo o la empresa.
Como resultado, obtenemos una respuesta mucho más organizada, persuasiva y, sobre todo, memorable para el reclutador. En esencia, podrás hablar sobre lo has hecho, cómo lo lograste, y por qué tu hazaña marcó la diferencia a través de resultados cuantificables.
Por lo tanto, el formato STAR te ayudará a:
Como hemos observado, el método STAR es perfecto para aquellas preguntas que requieren contar una historia. De este modo, podrán predecir tu futuro profesional en el puesto a partir de tu experiencia pasada y tus logros.
Algunas de las preguntas que resultan ideales para responder usando este método son aquellas que comienzan con frases como:
Aunque no lo creas, estas preguntas suelen evaluar tu capacidad para resolver problemas, pero también, tu trabajo en equipo y colaboración, liderazgo, toma de decisiones, manejo del tiempo, organización, y gestión del cambio.
Con STAR, podrás convertir aquellas anécdotas cotidianas en una historia atractiva en donde tú eres el protagonista, por lo que es un recurso poco conocido que podría salvarte de apuros en cualquier entrevista de trabajo.
En primer lugar, debes memorizar el acrónimo STAR y lo que cada letra significa: (Situación, Tarea, Acción, Resultado). Sin duda, siendo una palabra en inglés tan conocida, no será para nada complicado recordarla.
Comenzaremos por algunas recomendaciones generales pero muy técnicas, y luego, revisaremos en detalle cada letra del acrónimo con ejemplos claros y prácticos. Veamos.
Ahora, veamos paso a paso cómo usarlo siguiendo el orden correcto.
Aquí, lo primero que debes hacer es establecer el contexto de manera clara y breve, es decir, el escenario en el que te encontrabas o el que te ha propuesto el reclutador. Muchas veces, el entrevistador podría preguntarte acerca de cómo actuaste en una situación específica.
En este caso, menciona rápidamente el lugar, proyecto o problema específico al que te enfrentaste o estabas involucrado. Evita “Había un problema en la empresa”. Mejor, “el equipo de ventas estaba teniendo dificultades en…”.
Recuerda, no te pierdas en detalles que no aportan nada relevante al contexto, por ejemplo:
“Era un cliente con el que ya habíamos trabajado antes en otros proyectos, pero esta vez la campaña tenía un enfoque diferente y el presupuesto era más alto que lo habitual, lo que generaba presión adicional en el equipo...”.
Y recuerda, si el entrevistador necesita más contexto, te lo pedirá. Confía en ello.
Aquí presentamos tu rol en la situación descrita. Por lo tanto, deberás mencionar en una frase cuál era tu responsabilidad, objetivo o tarea a alcanzar. Menciona qué tenías que resolver, y no lo que hacía el equipo. Se trata de ti y tu rol.
Por ejemplo: “Mi tarea era analizar los datos de la campaña para identificar por qué los anuncios estaban generando clicks, pero no conversiones…”.
Como podemos ver, es claro, directo y especifica tu papel dentro de la situación mencionada. De este modo no perdemos la coherencia en la respuesta. Así pues, evita dar respuestas vagas como: “Debía ayudar a mejorar la campaña”.
Recuerda que debemos ser más precisos. La tarea debe ser breve y actuar como un puente entre la situación y la acción (A) que viene a continuación.
La acción es la parte más importante de tu respuesta. Aquí es donde describes qué hiciste exactamente para resolver el problema o alcanzar el objetivo. Te recomendamos usar verbos de acción en cada uno de los pasos que tomaste.
“Implementé”, “Analicé”, “Desarrollé”, etc. Este tipo de acciones o verbos demuestra proactividad y habilidades claves. Recuerda mantener el enfoque en ti, incluso si trabajaste en equipo.
No seas muy general, como “Me aseguré de que todo funcionara mejor”, pues no explica cómo lo hiciste. Tampoco te vayas por las ramas, por ejemplo “Primero hablamos con el cliente sobre las opciones disponibles…”.
Tu respuesta siempre deberá ir orientada hacia la solución. Pues aquí es donde demuestras de qué estás hecho, o qué eres capaz de hacer.
En esta última letra, nuestro objetivo es demostrar de forma tangible el impacto de tus acciones, las cuales, por supuesto, comprueban por qué lo que hiciste fue valioso e impulsó al equipo o empresa.
Para ello, te recomendamos usar datos numéricos, porcentajes o métricas si es posible. Con una o dos frases será más que suficiente. Recuerda que este debe estar conectado con la tarea que ya habías mencionado.
Si es posible, destaca tu aprendizaje si lo hubo o los efectos que tuvo esta tarea a largo plazo. Por ejemplo, puedes mencionar en que te benefició esta hazaña o en qué te ayudó a mejorar en tu carrera.
Como siempre, evita “Todo salió bien y el cliente quedó contento”, “Aprendí a manejar mejor las campañas” (aquí no mencionas qué lograste con esa campaña en particular).
“¿Alguna vez has trabajado en una campaña publicitaria que generaba mucho tráfico, pero pocas conversiones? ¿Cómo lo abordaste?”
"En una campaña para un e-commerce de tecnología, noté que los anuncios generaban muchas visitas, pero la tasa de conversión era baja. Analicé el recorrido del usuario y descubrí que la página de producto tenía un proceso de pago complejo y pocos incentivos para la compra. (S/T)
Para solucionarlo, propuse simplificar el checkout y agregar un descuento por primera compra. También ajusté la segmentación de los anuncios para atraer a usuarios con mayor intención de compra. (A) Como resultado, la tasa de conversión aumentó un 28% en un mes y el cliente logró un retorno positivo sobre su inversión en publicidad. (R)"
Veamos algunos errores comunes que debes evitar al elaborar tus respuestas con el método STAR.
Usa siempre verbos en acción como “lideré”, “implementé”, “diseñé” y no frases pasivas como “Fui parte de”, “estuve involucrado en”, “Se resolvió”.
Un error común es dedicar demasiado tiempo a describir el contexto. Enfócate en el problema y pasa rápidamente a lo que hiciste para solucionarlo.
Para terminar, te recomendamos practicar tus respuestas en voz alta a partir de los ejemplos de tu experiencia que hayas preparado. Practicar con antelación te ayudará a bajar el estrés y calmar los nervios durante la entrevista.
¡Reflejar seguridad y confianza es tan importante como construir respuestas efectivas!